FÁBULA (Snoop y Peciris)


Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo reinaba en la selva el poderoso, noble y valiente león Snoop. El rey Snoop era respetado por todos, pues todos los animales le temían. Solía pasearse rugiendo y haciendo que todos a su paso le mirasen con grandes ojos abiertos, asustados de su poder. Muchos le pedían ayuda y consejo, puesto que el rey de la selva, era el que gobernaba todo el territorio y era, por tanto, el encargado de que todo funcionara correctamente.
El león Snoop, además de un buen rey, era también algo arrogante y engreído, puesto que al ver que todos le temían se sentía poderoso, lo que le hacía creer mejor que nadie, lo que le hacía creer indestructible e intocable.
Un día el rey fue alertado de un problema en el río. Al acercarse allí, se encontró con un grupo de pececitos, el portavoz de todos ellos, un pez de colores llamado Peciris, se dirigió al rey león y le dijo:
-Majestad, es un honor contar con su presencia. Le hemos hecho venir para que nos ayude con un asunto que desde hace tiempo nos viene preocupando. Allí en el otro lado del río, hay residuos y basura que crecen desmesuradamente y no nos dejan nadar por aquellas aguas. Nosotros no podemos controlar su crecimiento, necesitamos que alguien nos ayude, que controle su crecimiento para que no invadan nuestro río.
El león Snoop, pensó que aquello era una estupidez, hacerle ir a él, el poderoso rey de toda la selva porque unos peces están molestos por la contaminación de esas aguas, le pareció una desfachatez, ya que él no podía perder su tiempo en asuntos triviales, sin importancia. Algo enfadado, como estaba, respondió al pez Peciris:
-Como rey me ocupo de asuntos importantes. No veo ningún problema en lo que me comentas, si no podéis nadar por ese lado del río podéis nadar por el otro.
El rey león, muy digno, se fue de allí después de decir esto y dejó a los peces con los deshechos invadiendo su río.
Pasaron varios días y los residuos cada vez ocupaban más parte del río. Los peces ya solo tenían un pequeño espacio por el que podían nadar libremente. Pero a Snoop esto no parecía importarle demasiado.
Una tarde correteaba jugando cerca de la orilla del río, el pequeño leoncito, el hijo del rey león, con tanta mala suerte que tropezó y cayó al agua. Fue a caer en la orilla que estaba invadida por la basura, quedando enredado entre ella, sin poder escapar. El rey león corrió desesperado y llamó a los peces.
-Ayudadme, por favor. Tenéis que nadar de los residuos y ayudar a mi hijo a desengancharse.
El pez Peciris y los demás peces, sin pensarlo se introdujeron, con dificultad entre los deshechos y consiguieron liberar al leoncito.
El rey león entonces comprendió que los problemas de uno son los problemas de todos. Y que todos los problemas son importantes,  aun siendo el más poderoso no podía ayudar a su hijo. Solo los pequeños pececitos fueron capaces de ayudar al león.

A la mañana siguiente el rey Snoop, se dispuso el mismo, con sus manos recogió la basura y controlar su crecimiento para permitir que Peciris, los demás peces y cualquier otro ser, pudieran nadar libremente por el río.




NUESTROS PERSONAJES IMAGINARIOS:

Snoop
1b4233d1-65d0-4c53-8877-5cd5762a0c22.jpg



Peciris
54804f89-a34d-48a3-b631-fca80a9acd7b.jpg

Comentarios

Entradas populares de este blog

ANÁLISIS SPOT PUBLICITARIO (ONE MILLION)

Pablo Picasso

MI PERSONAJE IMAGINARIO (Snoop)